En el ancho oceano del universo vivia una estrella, joven y lucera, preparada para acompañar cualquier planeta y enamorar a aquellos interesados que podrian observarla desde la tierra. Pasados los años y comprendiendo que el universo no terminaria nunca, la estrella en parte se cansó de observar desde el cielo a los habitantes de cada planeta, sus vidas: como nacian, crecían, se enamoraban, se comprometian...sus hijos..Todo aquello le provocaba una terrible felicidad, pero a su vez le agrietaba el corazón iluminado que latia en su interior.
-Todas aquellas personas tienen su razón para vivir..pero yo?-miraba a su alrededor y veía como otras estrellas se unían a algunas más grandes para poder tener más brillo..Ella en esos momentos no podia hacer más que sentirse pequeña e insignificante.
-Una razón para vivir, si....-se repetia a medida que sus años luz pasaban..observaba a su alrededor y se acercaba a pequeñas estrellas que como ella estaban solas, pero siempre habia otra que conseguian atraerle más.
-Una razón para vivir...-un buen dia, repitiendo esa misma frase que casi se habia convertido en un credo para ella vió a un astro alejado de el resto de estrellas..parecia grande pero sin embargo nadie se atrevia a acercarse a el, todas sus compañeras le rondaban.
-Lo haré!-se dijo mientras flotaba sin rastro de gravedad hacia el, tan gracil que podia parecer una ninfa en un oceano de ..¿nada?..
A medida que se acercaba y que el astro le brindaba su cordialidad, afecto y amor..ella se fué confiando hasta que una vez pudo tocarlo, el sol se puso tras el astro como si le protegiera para que nadie mas pudiera acercarse a el, solo el fuego le protegia de cualquiera.
La estrella triste se dió la vuelta y siguió buscando, algo más apagada y desengañada hasta encontrar un planeta que le volvió a brindar su protección.
-Pequeña y linda estrella, que te ocurre te veo muy apagada?-La estrella le contó lo sucedido, este le dió cobijo hasta que otra llegó..dejando a la pequeña y linda estrella al borde del olvido.
Ella comenzaba a sentir frio, sentia que su luz se apagaba y su pequeño corazon iluminado dejaba de cantar al son de la noche, siendo una roca más que vagaba por ese ancho vacio.
Un buen dia, esa estrella se encontró con otra casi en las mismas circunstancias- Pequeña y linda estrella..-empezó la otra estrella..Ella lo cortó en seco y respondió como no debia- Deja de llamarme asi...aqui todo el mundo brilla, por que iba a hacerlo yo diferente al resto?!
La otra estrella compungida le contestó- Porque el dia que alguien te ve con otros ojos y un corazón verdadero, incluso siendo la más fria roca vas a ser la estrella más hermosa que ha bordado los cielos de este infinito universo..-dicho esto se dió la vuelta y se marchó tal por donde habia venido.
La estrella finalmente aprendió que tal como le habian tratado ahora estaba tratando a quien no debia...sus errores podrian conducirle a fines peores..así que sin pensarselo cruzó tras el pensando que si el se unia al sol, ella iria detrás por muy peligroso que fuera, puesto que no seria una sin esa mitad, e incluso las mas pequeñas estrellas tienen su mitad que les haga brillar con mas fuerza, tan solo era cuestión de querer y lograrlo.
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