lunes, 25 de marzo de 2013

Batallas & otros finales (I)


Todo había quedado en paz, en relativa paz, pues todavía en las mentes de los supervivientes se escuchaban los gemidos agonizantes, las armas chocando entre si y un gran efecto visual de la sangre derramarse y salpicar de forma sádica las caras.
Sarien abrió los ojos, flotando sobre unas tablas de madera el barco sajón que quedó completamente destrozado y a varios metros del escenario del desastre. Trató de moverse pero las magulladuras y heridas varias que escocían con el contacto de la sal se lo impedían, trató aun así sujetarse y colocar el resto de su cuerpo que todavía quedaba hundido sobre el resto de la madera.
  • Joder...ya no estoy para estos trotes...mh..-gimió al patalear para mantenerse a flote y consiguió colocarse por fin en este. Sus armas, su cinto, sus botas, todo objeto pesado quedó en el recuerdo del fondo del mar, donde quizás, cientos de años después alguien los encontraría y trazaría sus propias teorías de lo que allí pudo ocurrir entre restos de épocas posteriores.
Respiró dejando ir entre tosida y tosida la sangre coagulada que se había quedado almacenada en su garganta y miró a su alrededor, cuerpos destrozados, cortes salvajes y quizás alguna cabeza flotante con gestos de terror en sus formas.
Silencio, completo silencio exceptuando la sonoridad del agua moviéndose, esperando un oleaje tormentoso, pero por lo demás, completo silencio.
La bárbara se alejaba de donde el barco franco se estaba hundiendo con las velas, o lo que quedaba de ellas llameantes  aun así trató de levantar la voz para buscar algún superviviente, aunque desestimó rápidamente la posibilidad. - ¿Hola?- su voz resonaba en el eco del vacío - ¿Hay alguien ahí?.
Tosió de nuevo y pataleó con una pierna utilizando su mano como remo, sintiendo de nuevo el quemazón de la sal entre las heridas- Maldita sea..-gruñe mientras trata de acercarse de nuevo al lugar.
Algo parecido a una respuesta resuena entre las ruinas quemadas del barco que se cae a pedazos por momentos, algo inentendible pero lo suficiente como para saber que solo es cuestión de tiempo llegar a esa voz.
  • ¿Torden? ¿Alyena? ¿Keledon? - fue probando mientras el tablón de madera se movía por la inercia del brazo que utilizaba como remo.- ¿Estáis aquí?.. ¿Estáis...?-la voz se le apagaba mientras la debilidad volvió a adueñarse de ella, cerrando los ojos y dejando caer la cabeza entre el agua y su soporte.
Justo entonces una mano tiró de la madera arrastrándola en dirección de nuevo a la masacre, apartando los cuerpos despedazados.
  • Mh...-murmulló sintiendo como se iba escurriendo aunque sin riesgo de terminar en el agua por completo- Shh..calla mujer, pronto estaremos en tierra. - la voz le contestó, una voz grave y familiar. El hombre siguió tirando aunque tampoco podía esconder el siseo doloroso del escozor salobre sobre las heridas.
Todo sucedió en un largo espacio de tiempo, la mujer no era consciente de donde se encontraba solo sabia que estaba viva, de momento, y acompañada por otro superviviente, ya no estaba sola.
- ¿Y el resto?..-preguntó costosamente aunque nadie sabia cuanto tiempo había perdido para formular esas tres palabras y que consiguieran salir entre sus labios.
- ¿El resto?..Vivos, muertos, quien sabe..-la voz le contestaba, con cuidado de no romper el sonoro oleaje.
La mujer perdió la consciencia y en uno de sus sueños recordó todo lo que allí había sucedido, los barcos se encontraron en un punto estratégico, toda la flota contra los francos, que no eran menos de la flota que nos acompañaban, ganas de matar, de ganar terreno y sobre todo de reducirlos lo suficientemente como para escuchar una rendición.
Torden capitaneaba cogido a la bestia de proa, mientras daba la orden de aminorar el ritmo de los palazos – Hemos llegado..-murmuraba para si mismo mientras a lo lejos asomaban los mástiles enemigos, banderines y emblemas colgando de los mástiles que despertaban gruñidos y tensión tan solo verlas.
  • Es el momento, momento de darlo todo por una tierra que nos pertenece, es el ahora o nunca amigos, familiares, guerreros y compañeros..- la bárbara observaba analista a cada uno de los acompañantes que presionaban las empuñaduras casi incrustándose las uñas en la propia piel, estos respondían durante los silencios con gruñidos enérgicos. - ..Todo puede terminar hoy o labrarnos un nuevo capitulo en esta historia, como héroes o como vencidos..¿Que se supone que queréis ser?- gritó mientras los guerreros sin pensárselo alzaron la voz exclamando al unisono- Héroes! Héroes!.
La pelirroja asintió y se volvió dando la espalda a la multitud, adelantándose hasta donde se encontraba Torden, pensativo, creando un plan para atacar aunque el final fuera el mismo. A su espalda la multitud empezaba a impacientarse, querían rebanar cabezas y ya no había marcha atrás, ahora era cuestión de ganar o perder..y no estaban dispuestos a rendirse.
  • Estamos listos, todos..-le dijo mientras este asentía en silencio, llevando la mano a la empuñadura comenzando a desenvainar.
  • Sarien..Despierta, mujer, ahora no es hora de echarte un sueño..-la voz le hacia volver en si, mascullando mientras se escurría algo mas de la tabla de madera- Escuece...
  • Te estas volviendo quejica..- responde mientras llegan al escenario, brazos que le azotan la cara y un río de sangre que tiñe las aguas de oscuro, miles de fantasmas vagaran perdidos en ese lugar. - Quejica, tu madre..-responde ella sujetándose a la madera mientras la ironía se entendiera a entre lineas en sus palabras
(imagen extraída de http://historiasnordicas.blogspot.com.es/2011/07/drakkar.html )